¿Cuánto logra resistir en pie una iglesia después de ser abandonada?
La iglesia
salmantina de Casas de Monleón, del siglo XVI, entra en la Lista Roja de
patrimonio
¿Cuánto logra resistir, desde que un templo queda cerrado y sin cuidados, el tejado de una iglesia? Dependerá, como es evidente, del estado en el que se encuentre y de las inclemencias del tiempo.
En el caso
de la iglesia de San Fabián y San Sebastián, construida en el siglo XVI en
Casas de Monleón (Salamanca), apenas ha resistido un par de décadas, desde que
se celebró su última misa allá por los años 80 del pasado siglo. Hace más de
diez años, la cubierta del templo colapsó, y desde entonces, su ruina se ha
acentuado.
Una de las paredes de la nave se está desplomando y
la espadaña se está viendo afectada por los numerosos árboles que nacen en ella
y por la pérdida de la argamasa, lo que facilita la penetración del agua. Con
la pérdida del templo, que no goza de ninguna protección legal específica, se
perdería una seña de identidad de la región.
Por este motivo, la iglesia de San Fabián y San
Sebastián acaba de ser incluida en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la
asociación Hispania Nostra (www.listarojapatrimonio.org) y que recoge cerca de
800 monumentos españoles que corren el riesgo de desaparecer si no se actúa de
inmediato.
La iglesia data del siglo XVI, mandada construir por
la nobleza y clero de la época. Desde sus inicios la institución se dedicó a
infundir la fe cristiana católica a través de la celebración de culto a Cristo,
María y los Santos Patronos del Pueblo.
A partir de 1980 fue abandonada y se dejó de
celebrar las eucaristías en el interior del santuario. La causa directa del
abandono fue un desplazamiento de la población a las distintas ciudades
españolas en busca de mejores condiciones de vida y empleo. En el pueblo
quedaron solamente 11 personas y poco a poco se fue deteriorando la iglesia, en
especial las vigas de madera y la techumbre.
Los medios anunciaron en 2011 que el edificio, que
llevaba 30 años abandonado, iba a ser restaurado. Ocho años después los mismos
medios afirmaron que dicha restauración no se llevaría a cabo.
La iglesia es de una única nave de 16,56 metros de
largo por 8,87 metros de ancho, realizada con mampostería y argamasa. La
capilla está separada de la nave por un arco de medio punto y los capiteles que
marcan la línea de imposta de este arco están decorados con bolas.
El ingreso al templo se realiza por una simple
puerta con arco de medio punto sin decoración, sobre la que se colocó un
pequeño pórtico, hoy desaparecido. A los pies se encuentra la espadaña, de
extraordinaria manufactura, fabricada en sillares de granito con vanos para dos
campanas. La cubierta de la nave es a dos aguas y la de la capilla mayor está
formada por una armadura cuadrada con tirantes en las esquinas.
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